Desgraciadamente, Internet no sólo nos ofrece ventajas, sino que también
implica ciertos riesgos para nuestro propio software y hardware. Los
virus, gusanos y los llamados caballos de Troya son archivos
informáticos que están programados casi exclusivamente para causar
daños.
Se distribuyen a través del correo electrónico, de las páginas web y las
redes, así como a través de medios de almacenamiento como DVD, CDs ó
disquetes. Si el ordenador está infectado con un virus, puede haber
diferentes repercusiones según el tipo de virus. El PC funciona
lentamente y con irregularidad, algunas redes no se muestran
correctamente o el ordenador no arranca. En el peor de los casos los
datos se desordenan, dañan o incluso se borran.
Para prevenir el ataque de tales organismos dañinos, cualquier ordenador
con conexión a internet debe estar dotado de un programa antivirus
específico. Un software de este tipo reconoce los virus a tiempo y los
borra antes de que puedan causar daño. No obstante, hay que tener en
cuenta algunos aspectos, ya que cada día aparecen nuevos virus.
Por esto, es especialmente importante actualizar el programa antivirus
periódicamente. Estas actualizaciones deben realizarse como mínimo una
vez al mes, en el mejor de los casos, cada semana. Además, es
aconsejable realizar a diario una comprobación del sistema mediante el
escáner de virus. Sólo así estamos en el lado seguro.
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